miércoles, 2 de febrero de 2011

DAÑOS POR TEMPORALES vs. PODAS MAL PRACTICADAS.

La cultura popular, transmitida de generación en generación y pensando que estamos en lo cierto, nos dice que en los meses de otoño e invierno "debemos" podar los árboles. En muchas comunidades los delirios por la limpieza están tan magnificados que en el mes de marzo se podan los árboles de vereda o patios, "para que no ensucien". Y se continúa con la práctica durante todo el invierno.

Además de los trabajos diarios de recolección de residuos sólidos domiciliarios, los empleados públicos deben sumar la recolección de las parvas o toneladas de ramas, gruesos troncos, ramitas con hojas que encuentran en la calle, como residuos de "poda". Se hace pensando que está bien y realmente, la mutilación de los ejemplares de vereda, no está justificada en ningún tomo, libro, revista o folleto que algún irresponsable editor, pueda haber publicado. PERO NOSOTROS NO TITUBEAMOS NI UN SEGUNDO...y lo hacemos como si lo hubiéramos aprendido en la Universidad.Tampoco se escuchan vecinos (muchos) quejarse por la práctica ejecutada y todos son cómplices de semejante irracionalidad.

Desde siempre, pero acentuado ahora a causa del "cambio climático", toda vez que ocurre un vendaval o gran temporal de agua acompañada por fuertes vientos, los comentarios al pasar el meteoro, se centran en la cantidad de hojas, ramitas, ramas, parte de copas o árboles que encontramos en el suelo. Y obviamente resurgen las aseveraciones respecto a la necesidad de "podar las plantas para que no se caigan". Queremos aplicar nuestras prácticas tradicionales que siguen adoleciendo del error descrito.

¿Podríamos responder las siguientes preguntas?:

1 - ¿cuántos árboles, ramas o ramitas encuentra ud. en las veredas, calles, parques, plazas de su barrio?

2- ¿cuántos árboles quedaron en pie después que pasó el "tornado" o "huracán"?

Según los distintos tipos de "ventarrones" que azotan nuestras comunidades, podemos encontrar árboles enteros, tumbados; árboles quebrados a distinta altura de su tallo; gruesas ramas arrancadas desde su nacimiento; ramas jóvenes, etc.; etc. Pero siempre son más los que quedaron en pie.

La intensidad del viento, según el tipo de meteoro que adopte, derribará más o menos "cosas" que se encuentre a su paso. Pero en lo que que a plantas se refiere, la magnitud de ellas no guarda relación con la ocurrencia de caída. Podemos observar plantas bajas, de 5-6 m. de altura, derribadas por el viento y las más altas salvadas, en cercanías de aquellas.

En nuestra región pampeana, con suelos de poca profundidad (0,60-0,80 m), vemos cómo nuestros árboles añosos soportan los embates de cualquier tipo de viento fuerte y hoy se hallan indemnes, brindando protección, sombra, oxígeno, captando el "polvillo atmosférico" y sobre todas las cosas: embelleciendo esos ambientes.










Otros factores que predisponen la caída son: senescencia del ejemplar; enfermedades radiculares, foliares, etc.; insectos barrenadores (xilófagos) que atacan los tallos; cortes (poda) mal realizados que provocan la entrada de hongos xilófagos, debilitando el interior del tallo principal o secundario, entre los más importantes.
En nuestras grandes ciudades cuando ocurre la caída de uno o dos árboles, rápidamente se hace una apología de la tragedia, donde también se escucha decir: "varias veces fuimos al Municipio a pedir que lo podaran y nunca vinieron". NUNCA SE PIENSA EN LAS CAUSAS NATURALES QUE PUEDEN OCASIONAR LA CAÍDA DEL EJEMPLAR, pero sí sostenemos con firmeza que la poda es la práctica necesaria para evitar su derrumbe.
Y probablemente la planta está enferma desde hace años y desde afuera no percibimos tal deterioro.

Y retomando la errónea costumbre de mutilar los árboles de vereda, sin mediar escándalos o lamentos, a no ser de los defensores eternos, veamos un ejemplo que desconcierta (al menos a mí).
Muchos de los que aman a las plantas y las flores suelen tomarse dos o tres días para hacer un viaje a la Capital de la Flor y contemplar semejante demostración competitiva de producción de tantas bellezas, realizadas por expertos que durante muchos años, perfeccionan los métodos y las especies cultivadas. Es un verdadero espectáculo de producción y arquitectura floral, acompañada por el buen gusto, el esmero, la dedicación, la inversión, puesta al servicio de todos los visitantes.

Pero es una pena que desde las autoridades y en concordancia con la Comisión organizadora no haya acuerdo de prever y darle a la fiesta un marco orgánico, ecológico y decoroso, acorde al evento que muestran al mundo. Hoy es deseable que dicha costumbre haya cambiado.
Resulta que en el año 1992, visité la Exposición y obviamente me deslumbré ante la magnificencia de todo lo presentado. Pero en toda la localidad su arbolado urbano (plátanos y acacia bocha, entre otros) se hallaban mutilados a la vista de TODOS los que defendemos la VIDA DE LAS PLANTAS. Una verdadera desorganización o contrariedad o desprolijidad o simplemente una tarea que, por la cultura de padres o abuelos de muchos Jefes Comunales, nunca se asesoraron profesionalmente y continuaron ejecutando las obras por "motu propio". Y luego....¿dónde las sombras tan necesarias?, ¿dónde el reparo para cobijarse de los vientos estacionales?. Por un lado miles de flores y por el otro los manejos irracionales al ARBOLADO URBANO.

Probablemente los habitantes de esa comunidad, también se horroricen de los efectos de un "ventarrón" que derribó a unos pocos árboles de su ciudad. Y a los demás...por qué mutilarlos sistemáticamente y quemando sus ramas?

Por todo ello, aprendamos a ver realmente cuáles fueron las consecuencias de los fuertes vientos: ¿cuánto destruyó? y ¿cuánto quedó en pie?. El balance es obvio...Y A SEGUIR PLANTANDO!!.
Un ejemplar caído en toda la línea... Rama arrancada y transportada hacia el alambrado.






"Un ejemplar" afectado. 


Ejemplar afectado por tornado. 





Rama de eucalipto que, por su inclinación, no resistió.













Una rama de todos los ejemplares...






Álamo criollo caído (podredumbre radicular).







Imágenes del vendaval del domingo 30/01/11 en el sur pampeano.