¿pero cómo hacen para vivir?
La respuesta la encontramos en la propia Naturaleza.
El ciclo lo podríamos iniciar en nuestros frecuentes días ventosos. La erosión eólica inicia el carreteo de las partículas de arena que por su "proceso de saltación" provee de energía a las de arcilla y limo para que se produzca la tradicionales "voladuras" de suelo. Estas microscópicas partículas son las más fértiles del suelo (con minerales adsorbidos) y que, junto al humus, se van depositando en pequeños intersticios, rajaduras, huecos o cualquier espacio libre, a cualquier altura y lugar.
Su característica coloidal, tanto de la arcilla como el humus, la hace apta para absorber y retener gran cantidad de agua, elemento básico para crear el medio de cultivo más apto para germinar cualquier espora o semilla que "vuele" y se deposite en tan fértil lecho.
En algunos ejemplos vemos cómo especies de Coníferas nacidas entre las grietas de las rocas, con una cama fértil y húmeda, pudieron crecer, ensanchando sus raíces y haciéndose espacio en el "suelo". Así permitirá que se siga acumulando material fértil en dichos huecos que le servirá de
alimento para continuar viviendo.
Otros como un palán palán o una higuera dejan crecer sus raíces en los estrechos espacios de muros, algunos más deteriorados y otros firmemente mantenidos. Y cumplen su ciclo vital ahí....
Con su propio tamaño de semilla, los "conejitos" llegaron a poblar el borde de la terraza de una cazona alta y antigua, decorándola y diseminando, desde la altura, semillas a los cuatro vientos.
Otras, por su hábito de crecimiento rastrero, nacen en el extremo de un caño y un fino tallito sostiene toda la masa vegetal hasta que, por su peso, termina cayendo. Mientras tanto adorna un frente.
En otras condiciones ambientales, humedad relativa ambiente elevadas y mayores temperaturas, las Impatiens spp. (alegría del hogar) crecen en un escaso sustrato, de un techo casi abandonado.
En otras condiciones ambientales, humedad relativa ambiente elevadas y mayores temperaturas, las Impatiens spp. (alegría del hogar) crecen en un escaso sustrato, de un techo casi abandonado.
En ciudades y pueblos donde vegetan añosas palmeras (Phoenix sp., Butia yatay, etc), pueden observarse especies de frondosos helechos o un sin número de malezas o florales que lograron "echar raíces" entre las bases de las hojas cortadas. Un lugar muy especial para acumular "nutrientes" y dar vida a un verdadero jardín vertical.
Estas especies epífitas, también crecen en un medio especial, pero muy distinto al pampeano.
Las horquídeas (nativas) encuentran la temperatura ideal durante muchos meses del año (inviernos benignos) y la humedad suficiente, para estar a pleno sobre los árboles.
Estas especies epífitas, también crecen en un medio especial, pero muy distinto al pampeano.
Las horquídeas (nativas) encuentran la temperatura ideal durante muchos meses del año (inviernos benignos) y la humedad suficiente, para estar a pleno sobre los árboles.
Resumiendo: cuando trabajamos en contra de la Naturaleza, "TODO CUESTA MÁS".
Cuando trabajamos en contra de las propiedades del suelo, más nos cuesta producir algo.
Cuando desmontamos totalmente, en lugar de hacer un uso racional del bosque o de la selva,
más cerca de la erosión eólica o hídrica estaremos. No será a corto plazo, pero a la larga y con manejos inadecuados, la Naturaleza actúa, sobre esos frágiles suelos.
Cuando más pretendamos exterminar plagas, con agroquímicos de amplio espectro o elevada toxicidad (no específicos), nuevas plagas aparecerán entre nosotros. Nunca alcanzan los predadores naturales. Y ellos también mueren.
SI LAS PLANTAS PUEDEN VIVIR A CUALQUIER ALTURA Y ESCASO ESPACIO,
CÓMO NOS CUESTA, MUCHAS VECES, PRODUCIR EN UN SUELO NORMAL?...
Roberto,ESPECTACULAR LO QUE ESTAS HACIENDO.
ResponderEliminarSALUDOS
Si es útil para esclarecer dudas...me alegro por los lectores y además LOS FELICITO por ser amigos de la Naturaleza.Saludos
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