miércoles, 9 de septiembre de 2009

EL ESTRES Y ALGUNAS PLAGAS.

Orificios de entrada de los adultos (1,5 mm diámetro)
Orificios y galería de adultos tallada en madera
Orificios de taladrillo y taladro

                                                             Hongo de cornisa

Una planta es un sistema complejo de varios órganos que funcionan coordinadamente.
La circulación de la savia ocurre por finísimos tubos que la llevan desde la raíz a las hojas y otros que lo hacen desde las hojas hacia la raíz.
En el primer caso se trata del tejido llamado xilema que conduce el agua que absorben las raicillas y en la que se encuentran disueltas las sales minerales del suelo (calcio, magnesio, nitrógeno, fósforo, potasio, sodio, hierro, etc., etc.). A esta savia se llama savia bruta.
Gracias al proceso de fotosíntesis que se produce en las hojas, las plantas pueden elaborar su propio alimento (autótrofas), representado por azúcares simples y que la planta lo traslada hacia sus raíces y base de tallos. Ésta es la savia elaborada, que es conducida por el floema, un delicado tejido ubicado debajo de la corteza.

En condiciones normales de fertilidad de suelo, cantidad de agua suministrada al vegetal, estado sanitario, profundidad del suelo, condiciones climáticas adecuadas, entre otras, el árbol crece y se reproduce favorablemente.

Cuando uno o más de estos requerimientos agroecológicos no son los adecuados, sumado a un crecimiento anormal del sistema radicular (raíz en hélice, acodadas, etc), el ejemplar se mantiene vivo, pero no crece.

Algunos signos visibles son: el escaso diámetro del tallo con respecto a la edad del vegetal, la aparición de musgos o líquenes en la corteza, excesivas grietas en la misma, atípicas para la edad, coloración anormal del follaje (pálido, opaco). LA ESCASA CIRCULACIÓN DE SAVIA FAVORECE A PARÁSITOS que se hospedan en su interior.

Es el caso de hongos xilófagos (ver foto) como los de "cornisa", llamado así por su disposición e insectos (Coleópteros) como los taladrillos o taladros que minan la corteza y la madera, reproduciéndose en su interior.

Los hongos crecen sobre plantas viejas o enfermas, sobre troncos caídos o próximos al suelo, sobre raíces aéreas y sobre ramas secas y dañadas.
La aparicion de hongos sobre la corteza del árbol vivo (forestal o frutal), me dice que el ejemplar está "muy grave". NO HAY SOLUCIÓN.

Cuando vemos los primeros orificios que pertenecen a insectos xilófagos, podemos aplicar, si el ejemplar lo justifica, un plan sanitario de emergencia como:
- bañar la corteza de troncos y ramas con insecticida (Clorpirifós, Cipermetrina, Permetrina);
- carpir debajo de la copa del árbol, abonar (humus de lombriz) y regar.

Si cuando los detectamos, son muchos, distribuidos por tronco y ramas gruesas, es decir está invadido todo el árbol, no hay solución. El ejemplar puede durar un período vegetativo más y luego muere totalmente.

Resumiendo: monitorear ejemplares que no tienen el vigor adecuado o normal y tratarlos con abonos, riego y aplicación de insecticida más fungicida, evitando la entrada o difusión de parásitos que pueden malograr el ejemplar.

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