jueves, 15 de septiembre de 2011

NUESTRO ESPACIO Y LA BIODIVERSIDAD.























































































Hay publicaciones en las que sus autores, para graficar las consecuencias de la deforestación, incluyeron viñetas didácticas donde muestran a un mono o a un pájaro, imaginándose el árbol que ya no tienen, para vivir, trepar, saltar, comer o anidar.

Uno de los tantos beneficios que nos brindan las plantas, es poder disfrutar de otras especies que necesitan de ellas para vivir (comer, anidar, protegerse). Ellas son las aves.
Y en nuestro entorno, llámese jardín, parque o cuanto espacio verde tengamos alrededor de nuestra vivienda, llegan un sin número de aves, que nos permiten disfrutar aún más del ambiente que tenemos.
Algunas especies, llegado el otoño, migran buscando alimento (nectar, polen, pequeños insectos) o mayor temperatura ambiente. Otros, más resistentes a nuestras condiciones meteorológicas, se alimentan aquí, de frutos para proveerse de energía. Los rojos son los más atractivos.
Y gracias a nuestras aves, posadas en nuestras plantas, diseminan con sus deyecciones, las semillas y que, naturalmente escarificaron en su tracto digestivo. De ahí que en el transcurso de los años, tenemos almácigos de distintas especies vegetales, que las aves se encargaron de "sembrar".

Pájaros frugívoros como la calandria, el sietecolores o naranjero, cotorras, palomas y carpinterito bataraz chico, entre otros, los vemos en los rojos frutos de crataegus, o laurel, cotoneaster, nandina, ligustro, nuez pecán, etc., comiendo sin cesar.

Elegantes horneros se pasean por el cesped tratando de hincar el pico para extraer algún gusano o lombriz.

Los cabecitas negra, el chingolo y gorriones se los ven buscando semillas o granos (hasta enterradas) de las Compuestas o cualquiera otra que encuentren a su paso.

No faltará un benteveo que se zambulla en alguna fuente de agua (estanque, pileta, bebederos) tratando de "pescar" larvas de insectos (mosquitos, libélulas) o alguna desprevenida mojarrita.

De reciente inmigración desde el "monte", los cortarramas (Phytotoma rutila) vuelan bajo, de un lado para el otro, emitiendo típicas voces de balido (macho). Cuando la tranquilidad lo permite bajan al suelo para ingerir trozos de hojas de malezas.

Siempre escucharemos el bullanguero canto de las "ratoneras", escurridizas e inquietas, trepando en los troncos y ramas, picoteando en todo escondrijo, pequeños insectos o larvitas.

Las tradicionales palomas torcazas van y vienen sin cesar, mientras seleccionan las horquetas más apropiadas para construir, muy desprolijo, un pequeño nido donde esperarán que eclosionen sus dos huevitos... si antes no se cayeron o fue alimento de alguna nocturna comadreja.

Con la llegada de la primavera, también lo hacen los colibríes o picaflor que "tejerán" con tela de araña, pequeños trozos de hojitas secas y lo revestirán interiormente, para dar confortabilidad a sus dos crías.

Muchas otras especies son atraídas por las flores y que aumentarán la diversidad: los insectos benéficos o plagas, con un sin número de colores y formas...






















Y también aparecerán en superficie los hongos benéficos (micorrizas), que conviven con las raíces de las plantas y se intercambian nutrientes.


















Por todo ésto no debemos olvidar, cuando planificamos un jardín o parque, la DIVERSIDAD de especies vegetales seleccionadas, armónicamente ubicadas. Y siempre considerar las ESPECIES NATIVAS, que nos beneficiarán en muchos aspectos.

CON LA SOLA EXISTENCIA DE PLANTAS, TENEMOS ASEGURADA LA PRESENCIA DE OTROS ORGANISMOS O ESPECIES: AVES, INSECTOS, MAMÍFEROS, BATRACIOS, ARÁCNIDOS, ÁCAROS, ETC, QUE ENCADENAN GRAN PARTE DE LA SECUENCIA ALIMENTARIA O CADENA TRÓFICA.

Entonces podremos disfrutar de los cuantiosos beneficios de nuestras plantas.

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