Se adapta a suelos alcalinos o calcáreos, secos, pedregosos...bueno, a condiciones casi extremas. Tampoco requiere de humedad excesiva o riegos frecuentes. Realmente formaría parte de macizos compuesto por:
lavanda, santolina, gazania, romero, salvia, lirios, dimorfoteca, rayitos de sol, lamium, clavelina, clavel del poeta o macetilla, entre otras.
Como otras herbáceas perennes, tienen un manejo particular, para que sigan vegetando y floreciendo.
Rebrotan desde la base de los tallos (yemas en cada nudo), por eso cuando termina la floración del verano-otoño, comienza a rebrotar (imagen izquierda), quedando los tallos decumbentes, sin floración (días cortos).
Este es el momento de cortarlos y dejar la nueva planta (rejuvenecida=imagen derecha), que va a florecer
en la primavera.
Plena floración de valeriana
o milamores.
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