sábado, 4 de agosto de 2012

APORTE DE AGUA: NIEBLA vs. LLOVIZNA

Por las condiciones agroecológicas de nuestra región, el éxito de los espacios verdes dependen en cierta medida, del aporte extra de algún recurso, como es el AGUA.
Los inviernos en general secos y con frecuentes heladas, hacen que agucemos el ingenio para planificar la parquización, con especies que no sufran tanto y nos permita disfrutar nuestro espacio o simplemente decoroso, templando nuestro espíritu.

Cuando pasan varios meses sin precipitaciones, no nos queda otra alternativa que regar, para amortiguar los efectos dañinos de las heladas. Y todos esperamos que llueva, pero la Naturaleza lo hace cuando se dan ciertas condiciones...Un buen día nos levantamos y nos cubre una densa NIEBLA que se mantiene por muchas horas, hasta que se disipa cerca del mediodía.  Otra alternativa podría haber sido una pequeña lluvia o llovizna (2-3 mm), la que nos pone de buen humor.

La pregunta que cabe hacerse es: ¿cuál de los dos aportes, es más útil para las plantas?...

Lluvia de pocos milímetros: la consideramos un buen riego, porque vemos agua correr por las calles asfaltadas, pequeños charcos...y creemos que no tenemos que regar por varios días.
El agua caída sobre las plantas pequeñas y el suelo, es aprovechable.
Sobre árboles y arbustos, de follaje persistentes, relativamente densos, quedó absorbida en él y no llegó al suelo.Cuando terminó de llover y decidimos que no hay necesidad de regar por varios días, si viéramos debajo de esas especies, el suelo está completamente seco. La sequía sigue...

Niebla: durante toda la noche y que desaparece en horas del mediodía. La niebla es "la nube sobre el suelo". Por eso la niebla moja (la neblina no). Las gotitas de agua que forma la nube es interceptada (captadas) por todo el follaje, ramas y ramitas de las plantas y escurre sobre el suelo (cae como "lluvia").







Follaje de eucalipto que interceptó la niebla
y permitió acumular agua en el suelo.  
(ambas imágenes)













Conclusión: debajo de la copa de árboles y arbustos estará mojado casi más, 
que si hubiera llovido, unos pocos milímetros. 

Igualmente, cuando llueve escasos milímetros,  no alcanzan a mojar el suelo donde se encuentran las raíces.
Por el contrario, las Cactáceas, con raíces superficiales, sobreviven a los pocos milímetros que precipitan.

Por lo tanto si la estación lo exige (en primavera y verano), debemos regar, para satisfacer las necesidades de: plantas o césped. 



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