Cuando hacemos almácigos en recipientes (cajoncitos, bandejas almacigueras u otro) o sembramos de asiento (lugar definitivo), observamos que a los pocos días comienzan a nacer especies vegetales, que nos alientan a pensar en el éxito de la germinación.
Es en este momento que necesitamos saber diferenciar los cotiledones (dos primeras hojitas) de la especie deseada con los de aquellas que nacen espontáneamente, porque están en el sustrato.
almácigo de clavelina con malezas: capiquí-bowlesia-oxalis o vinagrillo
capiquí (estado avanzado)
La importancia del reconocimiento en estado juvenil o cotiledonar, es para poder erradicar las malezas en poco tiempo, que no compitan por espacio (luz), nutrientes y agua y que nuestras especies florales crezcan vigorosas y obtener así un excelente plantín.
Los yuyos mencionados (capiquí y boulesia) tienen la particularidad de tener un hábito de crecimiento rastrero o achaparrado, por lo que las hace muy temibles en la etapa de almácigo.
Otras, como las gramíneas (raigrás, cola de zorro, cebadillas), tienen un sistema radicular muy fibroso que, cuando nos retrasamos para extirparlas, al hacerlo las extraemos junto a las especies cultivadas.
¡La importancia de pequeñas tareas que hacen al éxito del producto final!
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